Celebramos que el Congreso haya aprobado en plenaria la Ley del Viche que lo hace parte de la identidad de las regiones del litoral pacífico: Chocó, Valle, Cauca y Nariño, dijo la ministra de Cultura, Angélica Mayolo.
Según la titular de ese sector, la medida ‘reconoce y protege el viche y sus derivados como bebidas ancestrales, artesanales, tradicionales y patrimonio colectivo de las comunidades afrocolombianas de la costa del pacífico colombiano’.
Este proyecto fue impulsado en el Congreso desde el pasado año por varios parlamentarios de estas regiones con el objetivo de ‘impulsar y proteger la propiedad intelectual y producción de la bebida’.
Según los historiadores, su origen data de 300 años y guarda relación con las comunidades negras esclavizadas que llegaron a la zona e hicieron de la caña de azúcar un líquido para fiestas, pero también con propiedades medicinales.
La llamada tomaseca es conocida por aliviar los cólicos menstruales, sus beneficios para la fertilidad y las mujeres luego de dar a luz; en tanto el viche curao destaca por sus condiciones afrodisíacas y para aliviar dolores de estómago.
Sus variedades incluyen el arrechón o Baileys del Pacífico, el blanco o transparente para consumir en las festividades, el tumbacatre de elevado potencializador sexual y el pipilongo, usado para tratar problemas de próstata.
Ahora, la pretensión del Ministerio de Cultura colombiano es presentarlo en el Plan Especial de Salvaguardia del Paisaje Cultural Vichero al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural para incluirlo en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.
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