En declaraciones a la prensa, la responsable de Salud Pública del Acnur, Ann Burton, afirmó que la situación sanitaria actual no solo representa un riesgo para el estado físico y emocional de las personas, sino que afecta también su vida económica y social.
Asimismo, explicó que, aunque todos los ciudadanos sufren las consecuencias de ese fenómeno, los migrantes se encuentran en una condición más vulnerable y muchas veces son excluidos de los programas estatales para hacer frente a la crisis.
Burton manifestó su preocupación por las pocas posibilidades de empleo existentes para esas personas, la falta de acceso a la educación de los pequeños y la desigual distribución de las vacunas contra la Covid-19 en el mundo.
Ante tal escenario, consideró necesario incrementar las donaciones que respalden iniciativas de apoyo a los indocumentados y víctimas del desplazamiento forzado.
Hasta la fecha, el Acnur recibió solo un tercio de los 924 millones de dólares requeridos para hacer frente a esta situación, lo cual afecta la capacidad de la organización para proteger a los más vulnerables, indicó.
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