El transporte privado y público es fluido en las principales arterias de Puerto Príncipe, sin embargo, aún no se normalizaron las actividades económicas y comerciales, y muchas escuelas permanecen cerradas, a pesar del levantamiento del paro.
Los sindicalistas calificaron de exitoso el movimiento que reclamó al gobierno compensar a las víctimas de la violencia y formular estrategias para contener la crisis sistémica actual. Además, subrayaron que no se registró ningún caso de secuestro durante las jornadas.
La huelga demuestra que la población ha decidido parar con la situación actual, dijo este miércoles a un programa radial el sindicalista Duclos Bénissoit.
El coordinador del Movimiento Unificado de Transportes en Haití también exigió al gobierno devolver los derechos a la alimentación, electricidad, libertad de expresión y de desplazamiento.
Al mismo tiempo, rechazó la invitación del primer ministro para entablar un diálogo que permita encontrar respuestas adecuadas a la inseguridad, un fenómeno que se agravó desde mediados del año pasado.
‘No entramos en la demagogia de los políticos que hablan lo que no necesitan’, dijo el activista.
A pesar de la tensa calma, el país está sumido en la incertidumbre, mientras se afianza una disputa constitucional y los líderes de la oposición presionan al jefe de Estado Jovenel Moïse para que ceda el mando antes del fin de semana.
La víspera la Iglesia Católica dio la espalda al presidente y lo convidó a respetar la constitución, una postura que antes fijara el sector protestante, la Federación de Colegios de Abogados, así como organizaciones de la sociedad civil y de la oposición.
Moïse por su parte, dijo el lunes pasado que mantendrá su puesto hasta 2022 e impulsa un calendario electoral y la modificación de la carta magna vigente.
mem/ane