De acuerdo con el reporte, datos oficiales muestran que los negros, asiáticos y de otras etnias raciales tienen cuatro veces más probabilidades de ser detenidos en las calles y sometidos a registros que los blancos.
En el caso específico de las personas de piel negra, la proporción es cinco veces superior, agrega el informe elaborado por el grupo de Inspectores Policiales.
Según la entidad, la legislación que autoriza a los agentes a parar a un transeúnte y registrarlo se implantó 35 años atrás para enfrentar el problema de las drogas, pero todo indica que la Policía no ha comprendido aún el impacto que tiene el uso de esos poderes.
Las evidencias demuestran que no existe una correlación entre la etnicidad y el uso de drogas, recalca el texto, que alerta además que cuando los policías usan esos poderes de forma desproporcionada contra las minorías étnicas, hacen que esas comunidades sospechen de que están siendo tratadas de forma injusta.
La autora del informe, Wendy Williams, señaló que la población espera con todo derecho a que las fuerzas del orden la protejan de forma efectiva y justa, y que en caso contrario, la gente podría no sentirse obligada a respetar la ley o a no reportar los delitos.
También recomendó a los agentes basarse más en los informes de inteligencia que las sospechas a la hora de realizar su trabajo.
El presidente de la Asociación Nacional de Policías Negros, Andy George, comentó, por su parte, que el informe disipa algunos mitos que se usan para justificar el uso desproporcionado de los poderes policiales contra las comunidades negras.
En declaraciones que cita el diario The Guardian, George expresó además esperanzas de que lleve a los jefes del cuerpo policial a admitir que todavía existe el racismo dentro del sistema.
La subcomisionada de Policía Amanda Pearson admitió, por su parte, que todavía hay mucho que hacer para mejorar el trabajo de las fuerzas del orden en ese sentido, y prometió seguir las recomendaciones de los inspectores.
agp/nm