Los hechos ocurrieron cerca de 70 años atrás en el campo de concentración de Stutthof, actual Polonia, donde alrededor de 10 mil personas murieron durante la ocupación germana.
Entre junio de 1943 y abril de 1945 Furchner trabajaba como dactilógrafa y secretaria del comandante del campo, Paul Werner Hoppe, y según el abogado Christoph Ruckel, que representa desde hace años a los sobrevivientes de la masacre, ‘la acusada se encargó de toda la correspondencia del jefe militar’.
La justicia alemana estimó en febrero pasado que la nonagenaria exagente, quien mecanografió las órdenes de ejecución y deportación de miles de prisioneros, está apta para comparecer ante el tribunal pese a su edad avanzada, según a la cadena regional de difusión pública NDR.
El juicio pudiera extenderse hasta 2022 mientras las autoridades de este país continúan la búsqueda de antiguos agentes con deudas pendientes por crímenes de guerra.
En pocas semanas comenzará otro proceso que involucrará a un centenario exguardia del campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de esta capital.
Varios procedimientos similares terminaron inconclusos años atrás por la muerte de los sospechosos o su incapacidad física para comparecer ante los tribunales, no obstante en la última década cuatro personas fueron condenados por delitos similares.
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