El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, significó que más de medio millón de personas en Etiopía, Madagascar, Sudán del Sur y Yemen sufren actualmente una inseguridad alimentaria de dimensiones catastróficas, y que más de 41 millones están al borde de la hambruna.
La advertencia del máximo responsable de la FAO precisó que la situación se deteriora cada vez más pues la ayuda alimentaria asignada y desembolsada está muy por debajo de los seis mil 600 millones de dólares, que solicitaron las organizaciones humanitarias para satisfacer las necesidades más apremiantes.
Destacó, además, que entre los fondos aportados muy pocos se destinaron a la provisión de medios de subsistencia de emergencia, un elemento básico de cualquier estrategia eficaz de prevención de la hambruna.
Desde el anuncio del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el pasado mes de marzo por el que se implementó un Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre la Hambruna, la FAO ha ayudado a más de 5,5 millones de personas en los seis países clasificados como de alta prioridad por esa agrupación, destacó.
Sin embargo, Dongyu alertó que el organismo recibió menos de una cuarta parte de los recursos necesarios para la ayuda urgente a esas naciones.
La FAO también manifestó su preocupación por las actuales condiciones de Haití, donde los medios de subsistencia están amenazados por la Covid-19, la inestabilidad y las consecuencias del reciente terremoto.
También es alarmante la situación de Afganistán, donde una de cada tres personas sufre inseguridad alimentaria aguda, y de África oriental amenazada por una tercera temporada consecutiva de escasez de lluvias para los cultivos y el ganado.
Al respecto, Qu pidió un incremento urgente de las acciones preventivas, como las activadas el año pasado por la plaga de langostas del desierto en África, que evitaron pérdidas masivas de cultivos básicos y ganado por valor de más de mil 500 millones de dólares y protegió a más de 36 millones de personas.
‘Tenemos que trabajar juntos para transformar nuestros sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resistentes y sostenibles’, afirmó el director general de la FAO.
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