En un reciente informe titulado Los focos del conflicto en Colombia, Indepaz presenta los principales puntos de conflagraciones por disputa entre grupos armados.
Ofrece una caracterización de los tipos de estructuras de acuerdo con sus alcances, ya sean políticos, militares o económicos, mapea la presencia de ellos en el país y describe su estructura, acciones y capacidades.
Este colectivo defensor de los derechos humanos advierte que son siete los puntos territoriales del conflicto:
Las regiones del norte de Antioquia, sur de Córdoba y sur de Bolívar; Urabá Antioqueño, Chocoano y Pacífico Chocoano; Argelia y El Tambo en Cauca; Triángulo de Telembí y Tumaco; Bajo Putumayo; Catatumbo y sur del Cesar; Alge-ciras (Huila), noroccidente de Caquetá y sur del Meta.
En el caso de los grupos narcoparamilitares señala que estos se definen como una modalidad de paramilitarismo por negocios, especialmente de narcotráfico y lavado de activos.
Añade que grupos privados armados para fines de lucro ejercen funciones de seguridad pública y en ocasiones de contrainsurgencia contando para ello con la complicidad u omisión desde agentes del Estado y de la fuerza pública.
Puntualiza que estas estructuras controlan territorios, capturan instituciones estatales, ejercen justicia privada, se apropian por la fuerza de bienes, recursos y rentas y practican sistemáticamente la corrupción desde sus negocios y los de sus aliados.
Indepaz ofrece detalles de igual forma de la cantidad de integrantes, lugar donde operan y algunas características del accionar de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), surgidas después de la firma del Acuerdo de Paz y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Desde enero a la fecha, más de 133 líderes sociales y defensores de derechos humanos han sido asesinados en las regiones, así como 37 firmantes del Acuerdo de Paz y se han registrado 75 masacres, según cifras de Indepaz.
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