El detonante de los choques armados fue el robo de ganado por una de las partes, precisaron las autoridades del estado de Warrap (centro), según las cuales cerca de 70 personas fueron trasladadas a hospitales con heridas de diverso pronóstico.
Portavoces de la ONU declararon que los frecuentes combates armados entre diferentes grupos empeoran la situación humanitaria en este país, el más joven del planeta pues proclamó su independencia del norte de Sudán hace solo una década tras la celebración de un referendo.
Sin embargo, la separación de la zona septentrional, de mayoría étnica árabe y confesión musulmana en modo alguno trajo la paz ya que pronto estalló un conflicto entre el presidente Salva Kiir y su vicepresidente, Riek Machar, el cual degeneró en una conflagración.
Kiir, de la etnia dinka, acusó a Machar, perteneciente a la nuer, de organizar un golpe palaciego para asesinarlo y hacerse con el poder; tras años de cruentos choques ambos llegaron a un acuerdo para la división del poder y la organización de un gobierno con personalidades de otras nacionalidades sursudanesas.
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