La postura fue expresada sin ambages por el flamante presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, al primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional libio (GAN), Fayez al Sarraj, quien arribó la víspera a esta capital acompañado de sus titulares del Exterior, Mohammed Taha Siala, y del Interior, Fathi Bashagha.
El encuentro entre ambos mandatarios fue confirmado por la agencia noticiosa oficial argelina APS en una escueta nota según la cual las conversaciones forman parte de un programa existente entre ambos países.
Trascendidos afirman que el presidente argelino manifestó su oposición al estallido de una guerra en sus fronteras.
Este lunes tropas de elite turcas especializadas en defensa antiaérea y en disrupción de radares llegaron a Trípoli, la capital libia, apenas horas después que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunciara su envío.
En Libia dos gobiernos se disputan el poder, el del GAN, integrado por una mayoría de miembros de la cofradía islamista Hermandad Musulmana (HM), poseedor del reconocimiento internacional y otro, con sede en el noreste del país, cuyas tropas están comandadas por el mariscal Khalifa Haftar, quien promete expulsarlos del país.
Desde la agresión militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que derrocó al gobierno constitucional libio y propició el asesinato del líder Muamar Ghadafi, Libia devino un estado fallido en el que milicias armadas de diverso signo controlan porciones de territorio donde imponen su autoridad por la fuerza de las armas.
El equipo opositor, con asiento en la ciudad de Tobruk, cuenta con el apoyo tácito de Egipto, cuyo actual presidente, Abdel Fattah El Sisi, derrocó al gobierno del exmandatario Mohammed Mursi, miembro de la dirección de la HM, identificada con el Partido de la Justicia y el Desarrollo, de gobierno en Turquía.
El Cairo y Ankara están enfrentados desde el derrocamiento de Mursi.
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