Para revocar la acción del gobernante republicano eran necesarios los votos de dos tercios de la Cámara Alta, que tiene 100 miembros, pero fueron solo 49 los senadores que se pronunciaron a favor de dar marcha atrás al veto, frente a 44 que apoyaron la decisión de Trump.
A finales de diciembre pasado, fuerzas norteamericanas atacaron instalaciones de una milicia iraquí a la que Washington acusó de haber bombardeado, con el apoyo de Irán, una base en la que murió un contratista civil estadounidense.
Los ataques de Estados Unidos contra ese grupo dejaron 25 combatientes muertos y medio centenar de heridos, y generaron gran indignación en Iraq, donde miembros de las milicias y otros manifestantes realizaron fuertes protestas en la Embajada estadounidense en Bagdad, que se tornaron violentas.
Trump acusó a Irán de estar detrás de las movilizaciones, algo negado por Teherán, y a principios de enero el jefe de la Casa Blanca ordenó asesinar en la capital iraquí al general del país persa Qasem Soleimani.
Muchas personas dentro de Estados Unidos, incluidos legisladores demócratas, cuestionaron la decisión del presidente, la cual fue calificada de acto de terrorismo por Irán y llevó a la nación islámica a responder con un ataque a bases de Iraq donde había tropas norteamericanas.
Tales eventos llevaron a un nuevo debate sobre los poderes de guerra del mandatario norteamericano, y en febrero el Senado aprobó, por 55 votos a favor y 45 en contra, una resolución destinada a restringir su capacidad de lanzar acciones militares en Irán sin autorización del Congreso.
La medida también fue avalada en marzo en la Cámara de Representantes, con 227 votos a favor y 186 en contra, pero debido a que el Congreso estaba fuera de la ciudad debido a la pandemia del nuevo coronavirus, el documento no se envió formalmente a la Casa Blanca hasta esta semana.
Como se esperaba, el gobernante anunció ayer que usó su poder de veto para impedir la entrada en vigor de la resolución, a la cual calificó de insultante.
Según el mandatario, esa acción legislativa fue presentada por los demócratas como parte de una estrategia para dividir al Partido Republicano y ganar las elecciones del 3 de noviembre, un argumento rechazado por la fuerza azul.
El año pasado, las dos cámaras del Congreso también se buscaron limitar el apoyo del jefe de Estado a Arabia Saudita en la guerra en Yemen, pero la resolución sobre ese tema fue igualmente vetada por Trump.
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