En la primera decisión significativa sobre el tema desde que el presidente Donald Trump nombró a dos magistrados conservadores para el máximo tribunal del país, el órgano judicial votó cinco a cuatro a favor de revocar la normativa aprobada en 2014.
La Ley 620, avalada entonces por la legislatura estatal de mayoría republicana, exigía que los médicos que realizan abortos tengan «privilegios de admisión activa» en un hospital dentro de las 30 millas de sus instalaciones.
Según medios norteamericanos de prensa, en la práctica esto significaba que los doctores que realizaban abortos tenían que ser miembros del personal médico de un hospital cercano, y poseer la autoridad para admitir pacientes allí y poder realizar diagnósticos y cirugías relevantes.
La decisión del tribunal favorece a los partidarios de los derechos al aborto que argumentaron que la normativa no era médicamente necesaria en el caso de un procedimiento como la interrupción de un embarazo y equivalía a un intento velado de restringirlo.
A decir de quienes se opusieron a la legislación, en realidad era un esfuerzo por cerrar las clínicas de aborto del estado, porque los derechos de admisión demandados en la ley eran muy complicados de conseguir.
La sentencia, en el cual el presidente del tribunal, John Roberts, se alineó con los cuatro jueces liberales para rechazar la normativa, representa una nueva derrota para la administración de Trump, quien en días pasados criticó a la Corte Suprema por fallar contra el gobierno en decisiones sobre diversos temas.
Asimismo, se da en un momento en que siguen elevados en el país los intentos de fuerzas conservadoras destinados a que el panel de nueve jueces derogue el fallo de Roe contra Wade de 1973, el cual legalizó el aborto en la nación norteña.
De hecho, el diario The New York Times advirtió que el movimiento antiabortista tiene una larga lista de casos nuevos que, de ser tratados por la Corte Suprema, podrían presentar un desafío más directo a Roe contra Wade.
Hasta este mes había al menos 16 casos sobre el aborto presentados ante los tribunales de apelación del país, el paso anterior a la Corte Suprema, según los abogados de la Federación de Planificación de la Familia de Estados Unidos.
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