Tanto el abogado estadounidense Yancey Ellis como su compatriota Joel Sickler, un profundo conocedor del sistema de prisiones norteamericano, coincidieron en afirmar ante la corte londinense que decide sobre la extradición de Assange, que el periodista australiano sería encerrado en el centro de detención de Alexandria, estado de Virginia, a su llegada a ese país.
No puedo predecir el futuro, pero apuesto a que lo encerrarán en una unidad de segregación administrativa, aseveró Ellis, al ser interrogado por los fiscales que representan al Departamento de Justicia estadounidense.
Según explicó Sickler, cada celda en esa unidad destinada para presos de alto perfil mide apenas 50 pies cuadrados, y sus ocupantes son obligados a pasar hasta 22 horas diarias encerrados en ellas.
Ambos también coincidieron en desmentir un testimonio del fiscal estadounidense Gordon Kromberg presentado anteriormente por la fiscalía en el que aseguraba que los reclusos de esa área podían comunicarse entre ellos y acceder a los programas del sistema penitenciario.
El objetivo de esa unidad es precisamente mantener separados a los presos, acotó Ellis.
De acuerdo con los testigos, que dieron sus testimonios mediante videoconferencia desde Estados Unidos, en ese centro penitenciario el ciberactivista, quien según el diagnóstico de varios psiquiatras presenta un riesgo alto de suicidio, solo recibiría una atención médica limitada.
Estado Unidos busca extraditar a Assange para juzgarlo por 17 cargos de espionaje y uno de conspiración para cometer piratería informática, que conllevan una sentencia máxima de 175 años de cárcel, por publicar información clasificada sobre crímenes de guerra cometidos por las tropas norteamericanas en Iraq y Afganistán, y miles de cables diplomáticos entre 2010 y 2011.
El proceso de extradición del fundador de WikiLeaks, quien se encuentra confinado en una prisión británica de máxima seguridad desde su arresto en la embajada de Ecuador en abril de 2019, se reanudó el 7 de septiembre pasado, luego de una demora de varios meses debido a la pandemia de Covid-19.
Al igual que en la primera parte del proceso celebrado en febrero pasado, Assange asiste al proceso en su contra desde un cubículo encristalado al fondo de la sala, custodiado por dos guardias de seguridad, y sin tener contacto directo con sus abogados.
Aunque la vista oral concluirá este viernes, el veredicto de la justicia británica se emitirá después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, según informó la semana pasada la jueza a cargo del caso.
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