Un comunicado de la organización política, con sede en esta capital, notifica que su presidente pro témpore, el mandatario sudafricano Cyril Ramaphosa, confirmó la continuación de las conversaciones luego de sendas consultas con los líderes de las tres naciones.
Ramaphosa, apunta la comunicación, acogió con satisfacción el compromiso de los primeros ministros Abiy Ahmed (Etiopía) y Abdalla Hamdok (Sudán), y el presidente Abdel Fattah Al-Sisi (Egipto), de continuar trabajando con miras a alcanzar un acuerdo.
Reanudar las negociaciones trilaterales bajo el auspicio de la UA, señaló, muestra la fuerte voluntad política de las partes para la resolución pacífica de las diferencias relativas al embalse.
Es, dijo, una reafirmación de la confianza en un proceso liderado por África, en línea con la máxima panafricana de gestionar soluciones propias para los problemas del continente.
Seguiremos ocupándonos del asunto, aseguró, y confiamos en que los países llegarán a un acuerdo sobre las cuestiones pendientes, incluidas las relacionadas con los aspectos técnicos y jurídicos.
La conclusión exitosa del proceso trilateral, opinó, mejorará y acelerará la integración regional, al tiempo que impulsará la cooperación y el desarrollo sostenible en beneficio de África.
Etiopía inició la construcción del proyecto hidroeléctrico en 2011 sobre el Nilo Azul, principal afluente del Nilo, y en 2014 emprendió negociaciones con las autoridades egipcias y sudanesas, pero hasta ahora siguen sin rubricar un acuerdo.
Para Egipto, la GERD (siglas en inglés) afectará su acceso al río, fuente de aproximadamente el 90 por ciento del agua dulce que consume, en tanto Etiopía la considera expresión del derecho a utilizar recursos propios para promover su desarrollo.
Sudán tiene en su territorio 650 de los mil 450 kilómetros del río y aspira a un convenio trilateral, toda vez que reconoce la importancia del dique para evitar inundaciones e impulsar el crecimiento de su agricultura y sistema energético.
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