Dueños de negocios en ese centro urbano, 30 kilómetros al sur de aquí, ocuparon la plaza Nijmeh, en protesta por ser excluidos en la primera etapa de alivio del bloqueo que comenzó este lunes.
El plan oficial contempla cuatro etapas de flexibilización del cierre total en que permaneció este país durante 25 días con el objetivo de frenar la propagación de la Covid-19.
Los manifestantes exigen una reevaluación del programa para incluir sectores comerciales en la lista de los autorizados a operar.
Según el diputado y líder político en Sidón, Osama Saad, debe haber un equilibrio entre salud y las deplorables consideraciones de vida causadas por el cese de las actividades económicas.
Saad, de gran prestigio en la ciudad sureña, pidió del gobierno un análisis sobre las demandas de los dueños de negocios.
Las personas que dependen de su trabajo diario constituyen 80 por ciento de la población; no es posible continuar en paro, indicó.
A juicio del jefe de la Asociación de Comerciantes de Sidón, Ali al-Sharif, su gremio recibió críticas injustas, pese a seguir las pautas de prevención contra el coronavirus SARS-CoV-2.
‘El sector lleva un mes cerrado y quieren mantenerlo cerrado un mes más, y los comerciantes tocaron fondo y si no venden, no pueden comer’, advirtió.
Los minoristas libaneses enfrentan una de las peores partes de la crisis económica ante la depreciación de la moneda que disminuyó en casi 80 por ciento el poder adquisitivo de quienes reciben salario en libras libanesas.
Ellos subieron precios de los artículos para atenuar sus pérdidas y como resultado solo una pequeña fracción de su antigua clientela acude a comprar mercancías.
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