La medida entrará en vigor el miércoles próximo con el declarado propósito de contener la propagación de las variantes más agresivas del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
De la decisión se excluyen aquellos ciudadanos que viajen por razones fundamentadas -familiares, de residencia o laborales- y presenten, además, un PCR ( Reacción en Cadena de la Polimerasa) negativo realizado dentro de las 72 horas anteriores a su entrada en el país.
El ministro de Sanidad Magnus Heunicke defendió la movilidad entre ambos países, aunque puntualizó la necesidad de protegerse de las variantes más contagiosas del coronavirus presentes ya en el vecino territorio.
Hasta ahora las autoridades danesas exigían un test negativo realizado al menos una semana antes del viaje.
La decisión de Copenhague sigue a una similar del gobierno alemán de impedir la entrada a su territorio desde República Checa y la provincia austriaca de Tirol, vigente desde la víspera.
Incluso, medios alemanes especulan sobre un eventual cierre de los pasos fronterizos con Francia, algo que el gobierno descartó por el momento.
Berlín justificó este lunes sus restricciones por intermedio del portavoz del gobierno Steffen Seibert, quien calificó el hecho de muy importante y de extraordinario.
Mientras tanto, desde Bruselas, la Comisión Europea pidió a los Estados miembros coordinar las restricciones a la libertad de movimiento y viajes como medida para detener la pandemia.
El asunto fue incluido en la agenda de la reunión mañana de los ministros o secretarios de Estado para la UE.
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