La directora regional para el este, el Cuerno de África y la región de los Grandes Lagos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), Clementine Nkweta-Salami, manifestó que se recaba apoyo exterior para socorrer a esas personas, las cuales requieren alimentos y protección.
Según la funcionaria, la posible entrega de tal asistencia devendrá señal de que el mundo no olvidó a las comunidades burundesas en países como Uganda, Tanzania, Ruanda y República Democrática del Congo.
Numerosos civiles huyeron en los últimos años de Burundi hacia estados vecinos en busca de seguridad y mejores condiciones de vida.
La propia Acnur refirió en un reciente informe que la escasez de fondos repercutió en todos los ámbitos de la vida de los refugiados, con reducción de comida, deterioro de casas de campaña, y existencia de centros escolares con condiciones precarias, entre otras consecuencias.
En 2018, el ente de Naciones Unidas, junto a otros 26 socios humanitarios, puso en marcha otro plan recaudatorio ascendente a 391 millones de dólares para asistir a unos 400 mil refugiados burundeses, muchos de los cuales retornaron a este país de origen.
otf/obf