Durante la primera vuelta el pasado 27 de diciembre, se impuso el candidato oficialista Mohamed Bazoum con el 39,3 por ciento de los votos por delante del oponente Mahamane Ousmane con 17 puntos porcentuales.
Para esta jornada de votación del domingo estaban convocados unos 7,4 millones de nigerinos.
El fuerte despliegue militar en las calles de esta capital y en zonas de inseguridad, y la presencia de decenas de observadores de la Comunidad Económica de África Occidental no pudieron evitar los rumores y denuncias de fraude, que también empañaron la primera vuelta, según reportes divulgados al respecto.
La Comisión Nacional Electoral Independiente denunció en un comunicado que las autoridades descubrieron falsas papeletas en varios municipios, elaboradas en un país (sin mencionarlo) con el nombre de uno de los aspirantes a la presidencia.
De acuerdo con el texto, las boletas fueron identificadas en Dan Kassari, Dogon-Kirya, Tibiri y Soukoukoutan, y otros territorios, en tanto consideró grave el hecho al poner en duda la seriedad del proceso electoral.
En diciembre pasado acudieron a las urnas el 69,7 por ciento de los electores empadronados, pero ninguno de los 28 candidatos alcanzó la mayoría establecida del 50 por ciento de votos.
El jefe de Estado saliente Mahamadou Issoufou, quien cumplió dos mandatos de cinco años, en esta nación de la región africana del Sahel, declaró a la prensa su satisfacción por lo que calificó de madurez política de sus conciudadanos.
Consideró que las votaciones de este domingo constituyen un importante evento en la vida política nacional y subrayó ‘estar orgullo de ser en la historia de su país el primer mandatario elegido democráticamente’ y transferir el poder de igual manera.
Níger sufrió cuatro golpes de Estado desde su independencia de Francia en 1960 y se presume que el próximo presidente enfrentará una creciente violencia por parte de grupos extremistas.
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