El senador Pablo Catatumbo calificó mediante Twitter de enemigo de la paz insistir con tal actividad, al pasar por alto la solución integral contemplada en el punto uno y cuatro del Acuerdo firmado en 2016 entre el Gobierno y las entonces Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
En tanto los campesinos necesitan para sustituir sus cultivos inversión en vías, educación, salud y comercialización, la actual administración reactiva las fumigaciones y los deja sin posibilidades para subsistir, comentó el legislador en un mensaje anterior.
Por su parte, el expresidente Ernesto Samper (1994-1998) escribió que mientras el ministro de Defensa anuncia investigaciones en su peregrinar por sitios de asesinatos de líderes sociales y masacres, el titular de Justicia promueve el comienzo de las fumigaciones para más muerte y dolor a las mismas zonas.
Otras figuras colombianas de diferentes partidos coinciden en que no hay voluntad política para implementar realmente el pacto de Paz y el presidente del país, Iván Duque, sigue atentando contra los habitantes de 104 municipios, en desacato de los fallos emitidos por la justicia.
El jefe de la cartera de Defensa, Diego Molano, anunció el pasado 12 de febrero que según el cronograma del Ejecutivo en menos de 90 días comenzarán las fumigaciones aéreas con glifosato en el territorio nacional.
Voceros de Duque argumentan que se deben usar todas las herramientas para combatir los cultivos ilícitos, aún cuando diferentes analistas valoran el componte ético a partir de trastornos comprobados en la piel y abortos.
Un estudio de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, encontró en 2019 que, en Brasil, entre los años 2000 y 2010, usar glifosato en cultivos de soya aumentó la probabilidad de más de 557 muertes adicionales de niños.
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