Mrad comentó que no entiende la actual situación que llevó a la libra libanesa a una depreciación de casi 90 por ciento respecto al dólar estadounidense.
Este sábado, las casas de cambio amanecieron con una tarifa de 10 mil 300 para la compra y 10 mil 250, la venta, de la moneda norteamericana, aunque la tarifa oficial sigue fijada en mil 500.
‘En mi opinión, todo esto es un juego político, esa es la única explicación’, apuntó, al decir que hay quienes manipulan la tasa en beneficio propio.
Los comentarios de Mrad derivan de un comportamiento ilógico en las operaciones cambistas durante este fin de semana, a causa de que por regla general la demanda de divisas baja en ese período, apuntó.
Durante las últimas horas, la divisa estadounidense se fijó en las 10 mil libras libanesas por unidad como resultado de lo cual miles de personas salieron a la calle en protesta por las consecuencias de esa tasa.
De golpe y porrazo, 90 de cada 100 libaneses vieron convertirse en nada sus salarios, porque los minoristas transfieren la diferencia al precio de sus productos.
Con la moneda nacional en caída libre, aún los dirigentes del país no abordaron la catastrófica situación de los ciudadanos.
Líbano enfrenta la peor crisis económica y financiera del país en décadas, agudizada por una explosión que destruyó el puerto capitalino y ante el cierre de las actividades comerciales y productivas para frenar la expansión de la pandemia de la Covid-19.
ga/arc