Esta capital estuvo cerrada al tráfico casi todo el día por el norte y el sur, tras los obstáculos que los manifestantes colocaron en las vías de acceso.
La ira popular amenaza con una explosión social si la cúpula dominante sigue indiferente al deterioro en las condiciones de vida de los ciudadanos de a pie.
Por una depreciación de casi 90 por ciento de la libra libanesa, nueve de cada 10 personas vieron reducidos a nada sus salarios, pues al unísono de la devaluación, los minoristas elevaron los precios para equiparar la diferencia.
El Banco Central (Banque du Liban) mantiene fija una tasa de cambio de mil 500 libras libanesas por dólar estadounidense, mientras que en el mercado paralelo la cotización llegó a un récord de 11 mil por unidad.
Los insubordinados organizaron una reunión de solidaridad con el Ejército, en apoyo a los derechos de los soldados también afectados por la debacle económica nacional.
Además, reconocieron la postura del comandante del Ejército, general Joseph Aoun, quien ordenó evitar represión contra las manifestaciones pacíficas.
Durante la reciente ola de protestas y desobediencia civil que comenzó la semana pasada, militares y fuerzas de seguridad se mantuvieron al margen, pese a una decisión de la presidencia de desbloquear las carreteras a como diera lugar.
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