Televisoras locales y vídeos en las redes sociales mostraron a los uniformados usando cañones de agua, balas de goma y gases lacrimógenos para frenar a un grupo que intentaba llegar al Gran Palacio de Bangkok para entregar un pliego de demandas en aquel sentido.
Otras imágenes mostraron a manifestantes que lanzaban cocteles Molotov, piedras, botellas y otros objetos contundentes a los guardias.
Algunos medios locales dan cuenta de la incautación de miles de volantes a favor de la democratización de las instituciones, incluida la sacrosanta monarquía tailandesa.
El viernes, la Asamblea Nacional rechazo por abrumadora mayoría un proyecto de reforma de la Constitución del 2017, una demanda de vastos sectores de la sociedad.
Masivas manifestaciones desde julio del año pasado forzaron al gobierno a convocar al Parlamento para una eventual enmienda de la carta magna.
Las protestas llegaron a su clímax en noviembre, cuando miles de ciudadanos, estudiantes la mayoría, intentaron entregar un pliego de demandas políticas, incluida la disolución de la Asamblea Nacional y la renuncia del primer ministro Prayut Chan-O-Cha.
El ala más radical del movimiento exige, además, la revisión del poder de la monarquía, protegida por un sistema de leyes que castigan hasta con 15 años de prisión cualquier acto interpretable como difamación, insultos o amenaza contra el rey Maha Vajiralongkorn, Rama X, o su familia.
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