Los lamentables récords informados en el parte oficial del viernes sobre la enfermedad, con siete mil 626 nuevos casos en 24 horas, 41 mil 141 enfermos activos, así como por la cantidad de pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI), dan la medida de la crisis.
Además, el dato sobre la ocupación de las UCI acentúa la preocupación de las entidades médicas por el peligro de que en los hospitales llegue el momento de disponer a quién otorgar ‘la última cama’.
A estas alturas se elevan a 22 mil 587 las muertes desde la detección del primer caso de Covid-19 en el país, mientras que los infectados llegan a 962 mil 321.
Las autoridades tuvieron que volver a la carrera durante la semana a implantar cuarentenas a todo lo largo de Chile, de tal forma que este sábado, según diferentes fuentes, amanecieron en total confinamiento más de 15 millones de chilenos, equivalentes a alrededor del 80 por ciento de la población.
Además arreciaron medidas como la eliminación de los permisos para salir a comprar alimentos o medicinas durante este fin de semana y disposiciones más restrictivas para los viajeros que entran al país por el aeropuerto internacional Arturo Merino de esta capital, que es prácticamente la púnica frontera abierta.
La pandemia llega a tal punto que comienza a poner en dudas la celebración de las importantes elecciones de gobernadores, alcaldes, concejales e integrantes de la convención que redactará la nueva Constitución, previstas para los días 10 y 11 de abril.
Durante la semana fue en aumento el debate sobre el tema, ante los llamados del Colegio Médico y otras entidades de la salud a analizar la posibilidad de posponer esos comicios algunas semanas hasta que la situación epidemiológica sea más favorable.
El gobierno por ahora mantiene el criterio de no variar la fecha, pero en todo el arco político cada vez más voces se inclinan por escuchar la opinión de los especialistas de la salud para tomar una decisión definitiva, lo cual podría ocurrir la semana próxima.
En tanto, el lunes el presidente Sebastián Piñera presentó en cadena nacional un plan de seis mil millones de dólares que -según dijo- busca ampliar y fortalecer medidas de protección social cuando la pandemia vuelve a poner en una situación muy difícil a millones de trabajadores y micros, pequeñas y medianas empresas.
Para ello Piñera anunció extensión de bonos, la creación de otros y nuevos préstamos a la clase media, pero la iniciativa fue acogida con escepticismo en amplios sectores políticos y sociales, para los cuales resulta ‘más de lo mismo’ pues entre requisitos y condiciones para acceder a esas ayudas, muchos quedarán abandonados a su suerte una vez más.
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