Jonet Vital, portavoz de la Inspección General de la Policía Nacional, confirmó que la investigación se encuentra en una fase ‘muy avanzada’, casi al 90 por ciento, con las audiencias de los agentes y entrevistas a la población de la zona, que aportaron mucha información, precisó.
De acuerdo con el oficial, los resultados permitirán determinar las responsabilidades tanto internas como externas de la fuga, en la cual murieron al menos 30 personas, la mayoría población civil, además de siete detenidos y el director del centro penitenciario, Paul Hector Joseph.
La víspera la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos (Rnddh) reveló que un mes y medio después de los sucesos, 346 prisioneros continúan prófugos, y las autoridades solo capturaron a 87 de los 433 reos escapados.
Por su parte, la Fundación Je Klere, también defensora de los derechos humanos, denunció a inicios de marzo que la falta de personal y la complicidad de agentes propició la fuga, y reveló que en el momento de los sucesos la prisión solo contaba con seis policías y un supervisor general para custodiar a mil 535 detenidos.
Aunque las autoridades aún no lo confirmaron, la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil que investigaron los sucesos coinciden en que el motín perseguía liberar a Arnel Joseph, connotado líder de banda en Village de Dieu, un barrio pobre de la capital haitiana, donde recientemente murieron cuatro policías a manos de las pandillas.
Joseph, prisionero desde 2019 y acusado de asesinato, secuestro, conspiración criminal y otros delitos, escapó durante la revuelta y posteriormente fue abatido en el intercambio de disparos con una patrulla policial, confirmó Frantz Exantus, secretario de Estado para la Comunicación.
Sin embargo, el caso puso de relieve las fallas del sistema carcelario, pues Joseph se benefició de un régimen penitenciario ‘muy permisivo’ con acceso a móviles, laptops y transferencias monetarias que alcanzaron los 10 mil 850 dólares, aseguró la Rnddh.
Otras voces acusaron al Gobierno de ‘ejecutar’ a Arnel que, presuntamente, hizo revelaciones sobre tratos con funcionarios en activo, aunque el primer ministro Joseph Jouthe negó la participación de las autoridades en la organización del motín.
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