La paralización afectó severamente el servicio en Lima Metropolitana, que incluye al vecino puerto del Callao, y el Ministerio de Trabajo autorizó tardanzas de hasta dos horas en el ingreso de los empleados a los centros de labores.
En el inicio de la protesta se registraron incidentes en algunos puntos de la ciudad, como en el municipio de Ventanilla, en los que la Policía dispersó a grupos de choferes activistas del paro. Los huelguistas intentaban impedir la circulación de autobuses ajenos a la protesta que continuaban operando el servicio y obstaculizaban el abordaje de pasajeros a esos vehículos.
La severa reducción del servicio ocasionó grandes aglomeraciones de pasajeros en las paradas y en las estaciones del Metroplitano, servicio de rutas troncales por carriles exclusivos, que no se sumó a la paralización.
El vocero de los gremios en huelga, David Mujica, dijo que estos no descartan extender la paralización hasta que la primera ministra dialogue con ellos sobre sus reclamos, que, afirmó, no soluciona la Autoridad del Transporte Urbano de Lima (ATU).
Aseguró que cumplen el paro más de 70 por ciento de los transportistas que operan al menos 20 mil autobuses en la ciudad.
Mujica ratificó las demandas de las seis agtupaciones, de ampliación por cinco años de las autorizaciones de operación de la ATU vigentes, un subsidio para compensar el costo de medidas de bioseguridad contra la Covid-19 y la vacunación de los choferes contra el virus.
El paro se cumple en los días finales de la campaña por las elecciones presidencial y parlamentaria a realizarse el domingo próximo.
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