Todas las señales apuntan a que Suga dará oídos sordos a las protestas de pescadores locales y ordenará que el agua se descargue en el Océano Pacífico después de que se haya procesado para bajar los niveles de radiación, informa este sábado el rotativo Asahi Shimbun.
Está previsto que se celebre una reunión de los ministros pertinentes del gabinete el 13 de abril para poner en marcha la política.
Los pescadores locales se oponen ferozmente a la medida, citando la publicidad negativa que seguramente surgirá del vertido de agua contaminada en el océano y el impacto que tendrá en sus medios de vida.
Mientras el gobierno reflexiona sobre qué hacer, el agua contaminada sigue acumulándose en la planta de Fukushima.
Más de mil tanques de almacenamiento instalados en el sitio ahora contienen alrededor de 1,25 millones de toneladas de agua procesada.
Se espera que los tanques de almacenamiento alcancen su capacidad en el otoño de 2022, lo que llevó al gobierno a afirmar que la situación no podría demorarse mucho más.
La central nuclear de Fukushima colapsó el 11 de marzo del año 2011 tras un fuerte terremoto, seguido de un tsunami, que destruyó parte de las instalaciones de la planta y provocó un accidente nuclear parecido al de Chernobil, en la antigua URSS, en 1986.
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