Fue invitada a asistir al encuentro la senadora Deb Fischer, republicana de alto rango en un panel del Comité de Comercio que supervisa el transporte de superficie y otros asuntos, aunque la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, rechazó el viernes nombrar quiénes asistirán a este intercambio.
Este llamado ‘Plan de empleo estadounidense’ aumentaría los impuestos corporativos y eliminaría las exenciones fiscales a los combustibles fósiles para asignar más recursos a inversiones en la infraestructura, como carreteras, el combate al cambio climático e impulsar varios servicios humanos.
El texto incluye dirigir decenas de miles de millones de dólares para impulsar la producción de semiconductores y gastar más de 165 mil millones de dólares en el transporte ferroviario y de pasajeros.
Pero esta segunda propuesta legislativa importante de Biden a menos de dos meses de ocupar la jefatura de la Casa Blanca, generó fuerte rechazo en algunos grupos dentro del Capitolio.
Congresistas de ambos partidos coinciden en la necesidad de invertir grandes recursos para el desarrollo de sectores clave de la economía y los servicios, aunque difieren sobre el monto total que realmente se necesita, así como la inclusión de proyectos para servicios sociales.
Voceros de la administración dijeron que Biden está abierto a discutir con los legisladores sobre cómo financiar el paquete, que resulta vital tras las afectaciones provocadas por la Covid-19, que ya provocó más de 575 mil 830 muertos en la nación norteña y dejó sin empleo a millones de trabajadores.
La realidad es que incluso entre los demócratas, no hay consenso sobre cómo tomará forma el plan de Biden para la modernización de la infraestructura en el país y es probable que se tarde al menos varios meses en promulgar cualquier legislación, según pronostica el diario The Hill.
Sin embargo, existe un amplio consenso entre los aliados del mandatario de que la tasa impositiva corporativa es demasiado baja, después que ese índice se redujo drásticamente del 35 al 21 por ciento durante el mandato del presidente Donald Trump.
Los principales líderes republicanos critican la propuesta de Biden por considerarla demasiado ‘abultada’ y algunos estiman que con mucho menos cantidad de dinero se puede dar un impulso significativo a la economía del país.
La Casa Blanca propone elevar la tasa tributaria corporativa del 21 al 28 por ciento y aumentar los impuestos sobre las ganancias extranjeras de las empresas estadounidenses.
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