La administración del presidente demócrata Joe Biden había dicho este viernes que el mandatario firmaría una declaración mediante la cual continuaba el límite de 15 mil personas aprobado por el exgobernante Donald Trump (2017-2021) para el actual año fiscal, que concluye el venidero 30 de septiembre.
Tal noticia fue acogida con desagrado por miembros del propio partido del mandatario y defensores de los derechos de los inmigrantes, sobre todo porque Biden se había comprometido a subir ese tope a 62 mil 500.
Después de las reacciones airadas de quienes rechazaron mantener el bajo nivel de admisiones, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que la directiva a adoptar hoy por el presidente sobre las asignaciones de refugiados ‘ha sido objeto de cierta confusión’.
Según la vocera, Biden establecerá un límite final y aumentado para el resto de este año fiscal antes del 15 de mayo, aunque no adelantó la cantidad, y precisó que dado el diezmado programa que heredan del Ejecutivo anterior, la meta inicial de 62 mil 500 es poco probable.
Biden enfrentó críticas recientemente por su demora en abordar la promesa de incrementar el tope de personas aceptadas en el país por esta vía, y un grupo de congresistas demócratas circuló una carta esta semana en la que lo instaron a aprobar ese aumento.
Cuando se difundió este viernes que la cantidad fijada por Trump continuaría vigente, el senador demócrata Dick Durbin calificó la decisión como inaceptable.
‘Al enfrentar la mayor crisis de refugiados de nuestro tiempo, no hay razón para limitar el número a 15 mil’, expresó.
El diario The New York Times señaló que los cambios en este tema son una muestra del enfoque vacilante de Biden para reconstruir un sistema de inmigración destruido por su predecesor.
De acuerdo con el periódico, preservar el tope de ingresos de la era Trump dejaría varados en campamentos de todo el mundo a miles de refugiados que ya recibieron la aprobación para viajar a Estados Unidos.
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