La cinta de nueve minutos de la cámara corporal del agente Eric Stillman mostró al oficial de 34 años cuando salió de su patrulla corriendo detrás de Adam Toledo, de origen hispano, en un callejón en la madrugada del 29 de marzo en La Villita, un vecindario latino en el lado oeste de la urbe.
El Departamento de Policía de Chicago dijo inmediatamente después del incidente que Toledo tenía un arma en la mano cuando se produjo el hecho.
La Oficina Civil de Responsabilidad Policial de la ciudad también publicó unos 33 archivos de datos, uno de los cuales identificó a Stillman, quien pertenece a la institución desde hace seis años, como el oficial que disparó y mató a Toledo, y ahora pasó a desempeñar funciones administrativas.
El Departamento de Policía de Chicago también publicó parte del mismo video en su sitio web el jueves, pero colocó una flecha en un marco fijo, apuntando a lo que parecía ser una pistola en la mano derecha de Toledo antes de que Stillman abriera fuego.
Tras la revelación gráfica, decenas de manifestantes se reunieron en el centro de Chicago, algunos de ellos bloquearon el tráfico, pero fueron neutralizados por las fuerzas policiales y según medios locales no hubo informes inmediatos de enfrentamientos violentos.
En una conferencia de prensa, una abogada de la familia Toledo, Adeena Weiss Ortiz, dijo que Toledo cumplió con las órdenes de Stillman, dejó caer su arma y se dio la vuelta antes de que el oficial abriera fuego.
Ortiz añadió que la familia Toledo quería ‘justicia para Adam, lo que sea que eso implique, porque es una familia hispana muy unida’.
Este incidente se suma a hechos recientes de brutalidad policial, y después que la exagente Kimberly Potter fuera acusada de matar al afroamericano Daunte Wright en Minneapolis el domingo pasado.
El hecho tuvo lugar a escasos kilómetros del local donde se desarrolla el juicio al exoficial de policía de Minneapolis Derek Chauvin quien está acusado del asesinato de George Floyd, que desató una ola de protestas el año pasado y reclamos urgentes de cambios para evitar acciones similares de brutalidad policial.
Chauvin enfrenta tres cargos criminales por homicidio en diferentes grados, y si lo declaran culpable, sería condenado hasta 40 años de prisión.
Un informe reciente publicado por Philip Stinson, experto de Bowling Green State University, reveló que entre 2005 y 2017, en alrededor de mil ocasiones cada año, un agente disparó y mató a alguien en Estados Unidos, pero solo 29 agentes fueron condenados por asesinato u homicidio involuntario.
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