Un balance del MP citado por el diario La Prensa reveló, además, que las autoridades decomisaron unas 35 toneladas de narcóticos desde inicios de años hasta la actualidad, principalmente cocaína y marihuana, todo ello en 216 operaciones, principalmente en los mares aledaños al país.
Los traficantes también utilizan los puertos como vía de movimiento de los estupefacientes y en menor medida los transportan por tierra a través de Centroamérica en su ruta a Estados Unidos, que es el destino final, según la fuente, la cual refirió que hay 264 personas investigadas por supuesta participación en tales ilegalidades.
En los primeros tres meses del año se registraron 134 homicidios, concentrados el área capitalina metropolitana, el anexo distrito de San Miguelito, Colón y Panamá Oeste; las autoridades aseguran que en su mayoría se asocian al tráfico de estupefacientes.
En el caso de la norteña provincia de Colón, el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino, declaró ayer a periodistas que el 80 por ciento de las víctimas mortales tienen antecedentes criminales, por lo que trabajan en esa zona en ‘represión y prevención’ de los actos delictivos, para este último tratan de vincular a los jóvenes a la sociedad.
Fuertes operativos recientes contra pandillas en Panamá, muestra la reacción de la fuerza pública bajo el principio de tolerancia cero proclamado por estamentos locales de seguridad ante la ola de crímenes.
‘No nos temblará la mano para colocarle las esposas y enviar tras las rejas a aquel que infrinja la ley’, expresó Pino a mediados de abril, al referirse a las acciones contra cabecillas de ‘Bagdad’, una poderosa banda delictiva y algunos miembros de la autodenominada pandilla ‘Niños Homicidas’.
El titular aseguró que no solo están combatiendo al narcotráfico y al crimen organizado transnacional, sino también planifican y ejecutan operaciones locales planificadas, organizadas y coordinadas adecuadamente, a fin de dar con la captura de aquellas personas que transgreden la ley.
Establecida originalmente en la capital, ‘Bagdad’ extendió sus acciones ilegales a la vecina provincia Panamá Oeste, la caribeña Colón y sectores costeros del Océano Pacífico, lo cual provocó conflictos violentos por controlar territorios frente a su principal rival, conocido como ‘Calor Calor’, según una investigación.
Los dos mayores bloques criminales del país se disputan, entre otros, el control de los principales puertos marítimos y aunque varios de sus principales cabecillas están presos, las órdenes fluyen desde los penales a los grupos delictivos, tanto para organizar operaciones de tráfico de drogas, como el ajuste de cuentas a contrarios.
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