Cuatro bombarderos estratégicos B-52 llegaron recientemente a la base aérea norteamericana en Al Udeid, Qatar, como parte de las medidas preventivas.
Además, el Pentágono ordenó la extensión de la presencia en el área del portaaviones de propulsión nuclear USS Dwight D. Eisenhower, que ahora opera en el mar Arábigo, de acuerdo con informes de la agencia Associated Press (AP) y el diario Military Times.
También está previsto el arribo a un lugar no especificado en la región, de una fuerza de tarea de Rangers, uno de los componentes de las unidades de operaciones especiales de Estados Unidos, según informó el Comando Central, entidad que dirige las acciones bélicas de Washington en Medio Oriente y áreas adyacentes.
Al respecto, portavoces del Departamento de Defensa dijeron que estas agrupaciones tendrán como tarea principal estar a disposición del general Scott Miller, jefe de las tropas norteamericanas en Afganistán, para garantizar la retirada ‘segura y ordenada’ de las fuerzas, un proceso que ya comenzó.
Esta situación complica las perspectivas de la administración del presidente Joe Biden de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos, en la cual murieron miles de civiles afganos así como más de dos mil 300 militares norteamericanos, señala la agencia AP.
El 1 de mayo era la fecha en que todas las fuerzas foráneas debían partir de Afganistán en virtud de un acuerdo firmado en febrero de 2020 entre los talibanes y la administración de Donald Trump, y en cumplimiento de ese arreglo, los insurgentes detuvieron los ataques contra las tropas extranjeras.
Sin embargo, los talibanes dijeron que considerarán que Estados Unidos está en violación del convenio por no cumplir con el plazo para la retirada total, aunque sus voceros no han confirmado si tienen la intención de atacar a partir de mañana.
Biden prometió que las obligaciones de Washington terminarán para el 11 de septiembre, cuando se cumple el aniversario 20 de los ataques terroristas de 2001 que llevaron a Estados Unidos a iniciar su polémica guerra contra el terrorismo, en primer lugar contra Afganistán en octubre de ese año.
Funcionarios de defensa, que hablaron bajo condición de anonimato a la AP, dijeron que en los últimos días algunas tropas -descritas como ‘decenas’- y equipo militar ya abandonaron el país.
El Departamento de Estado también ordenó la salida de todo el personal de la embajada en Kabul, a menos que su presencia allí sea imprescindible, una orden que según expertos fue mucho más allá de la reducción habitual de personal por razones de seguridad y protección.
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