Como señalamos, la idea comprende realizarlo el próximo año y también concretar una lógica de diálogo, de debate, de generación de puntos de encuentro, de generación de consensos en lo referente al tema, declaró.
El país formalizó su último Censo de Población y Vivienda el 21 de noviembre de 2012, y entre los resultados estuvo el aumento de la población a 10 millones 59 mil 856 habitantes, con mayor densidad en los departamentos La Paz y Santa Cruz.
Estamos dentro de los plazos establecidos para la organización y desarrollo de esa actividad censal, pues la anterior sobrevino después de 11 años, sostuvo Richter.
El Instituto Nacional de Estadística comunicó en días pasados la imposibilidad de acometer ese trabajo antes de 2024, por las condiciones técnicas, financieras y logísticas, en parte causadas por la actual pandemia de Covid-19 y la elevada inestabilidad de su plantilla ejecutiva.
Sectores de la sociedad civil reclamaron luego que esto implicaba la postergación de la redistribución de recursos para los gobiernos regionales y la reconfiguración de la asignación de escaños para representaciones legislativas, entre otras consecuencias.
Mediante un comunicado publicado en el portal de la Conferencia Episcopal, señalaron que el escenario exige respuestas urgentes y oportunas con políticas de salud, educación, empleo, vivienda, medio ambiente, justa redistribución de los recursos públicos y correcta distribución de representación democrática.
Analistas previeron que el retraso del censo perjudicaría sobre todo a alcaldes electos en los municipios más poblados, mientras en su gestión sólo dispondrán de los montos asignados para la cantidad de habitantes registrados en 2012.
La población boliviana alcanzará en 2025 a 12,5 millones de ciudadanos, más del 70 por ciento concentrados en Santa Cruz (3,6 millones), La Paz (3,1 millones) y Cochabamba (2,2 millones), y dentro de ellos, en algo más de una docena de ciudades, según establecen las proyecciones oficiales.
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