En la convocatoria a la movilización, los líderes de ese gremio sostienen que lo más relevantes es que la Jornada por la Vida constituye un homenaje a las decenas de compañeros que han fallecido por la Covid-19 y de lo cual responsabilizan a la ministra de Educación Pública, Giselle Cruz.
Los representantes del magisterio nacional adelantaron que el paro será total, pues no asistirán a los centros docentes ni trabajarán desde la virtualidad, ya que -aseguraron- ‘con la vida del personal educativo no se juega’.
Revelaron que entre las exigencias del movimiento de protesta aparecen la vacunación inmediata del personal educativo de primera línea durante el mes de suspensión total de las clases y testeo masivo en los centros escolares.
También, convocatoria urgente a una mesa de trabajo para definir el futuro del curso lectivo 2021, de los representantes de los sindicatos del sector con el presidente Carlos Alvarado y las ministras Cruz; y la de Trabajo y Seguridad Social, Silvia Lara.
Solicitan además que Alvarado y Cruz concreten una hoja de ruta para cerrar la brecha tecnológica que tiene por fuera de la posibilidad de recibir clases virtuales a más de 500 mil estudiantes, ya que no es aceptable utilizar ese argumento de la falta de acceso a internet de esa cantidad de educandos para suspender el curso lectivo.
Reiteran que los educadores nunca pidieron la suspensión absoluta del curso lectivo 2021 ni adelantar sus vacaciones.
El lunes pasado, poco antes de una conferencia de prensa convocada por los sindicatos para anunciar esta acción de presión y protesta, la titular de Educación se anticipó y anunció la interrupción del año lectivo entre el 24 de mayo y el 12 julio, el cual inició el 8 de febrero pasado en la modalidad combinada presencial-virtual o a distancia.
La pausa total en los centros educativos públicos implicará una reorganización y extensión del año escolar, el cual debía finalizar a principios de diciembre, pero ahora lo hará en enero de 2022 para recuperar las clases que no se darán durante la paralización, explicó Cruz.
Tomamos esa medida para reducir sensiblemente la movilidad, que constituye la principal acción de las autoridades sanitarias de esta nación centroamericana para disminuir el acelerado contagio del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19 y aliviar la complicada situación hospitalaria.
Desde hace dos semanas, Costa Rica vive la peor situación desde la llegada de la pandemia en marzo de 2020, con nuevos records diarios de fallecidos, nuevos casos, graves, ingresos, que han provocado una crisis en el sistema hospitalario, con pacientes Covid-19 esperando una cama adecuada a su gravedad.
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