Según el sitio digital africanews.com, un funcionario, acogido al anonimato por lo sensible de la información, confirmó que el gobernante Bah Ndaw y el primer ministro de la transición, Moktar Ouane, se hallan en Kati, el centro del aparato militar maliense.
Fue allí desde donde el 18 de agosto del pasado año un grupo de coroneles golpistas derrocaron al mandatario electo, Ibrahim Boubacar Keïta, a quien le impusieron anunciar su dimisión y disolver el Parlamento.
Poco antes de conocerse los sucesos de este lunes, el primer ministro de transición Moktar Ouane indicó que los soldados lo llevaron bajo coacción a la casa del mandatario Bah Ndaw.
‘Lo confirmo: los hombres de Goïta vinieron a buscarme para llevarme al presidente que vive no lejos de mi residencia’, indicó Ouane en un breve contacto telefónico con la prensa en referencia al coronel Assimi Goïta, actual vicepresidente del Consejo Militar de Transición (CMT).
La Misión de Naciones Unidas en Malí (Minusma) ratificó los hechos, pero
manifestó estar vigilante ante los acontecimientos y aseguró que mantiene su compromiso de apoyar la transición, al tiempo que pidió calma y exigió la liberación inmediata e incondicional del presidente y el primer ministro.
Bamako está lleno de rumores difíciles de confirmar mientras que las misiones internacionales con sede en esta ciudad emitieron mensajes de precaución ante un presumible golpe de Estado, aunque el ambiente parece de relativa normalidad.
Tal situación ocurre pocas horas después del anuncio de un nuevo gobierno, aún dominado por los militares, pero del que excluyeron a oficiales cercanos a la junta en el poder, tras el golpe de Estado contra Boubacar Keita, en agosto del pasado año.
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