De acuerdo con el reporte de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el divorcio de Londres y Bruselas provocó un realineamiento sin precedentes del comercio británico, donde por primera vez las importaciones desde otras partes del mundo superaron las procedentes de los países miembros del bloque.
En total, el intercambio comercial, incluidas las importaciones y las exportaciones, con la UE se redujo en un 23,1 por ciento en los primeros tres meses del año en curso, mientras que con otras naciones la disminución fue de apenas 0,8 por ciento, achacada en este caso al impacto de la pandemia de Covid-19.
El Reino Unido abandonó el mercado común y la unión aduanera europeos de forma definitiva el 31 de diciembre pasado, y desde entonces, las relaciones comerciales se rigen por un acuerdo integral que firmó una semana antes de que terminara el llamado periodo de transición post-Brexit.
Según la ONS, desde principios de año, el Brexit desplazó a la Covid-19 como la dificultad principal que mencionan las compañías a la hora de comerciar con la UE.
Como parte del acuerdo de divorcio, las mercancías que se trasiegan hacia y desde el continente son sometidas a chequeos sanitarios y controles aduaneros, lo cual provoca grandes atascos en los puertos de entrada a ambos lados del canal de La Mancha.
En el caso de Irlanda, el protocolo que se firmó para evitar una frontera física entre la nación miembro de la UE y la provincia británica de Irlanda del Norte, pero que establece controles rigurosos para los alimentos y animales vivos procedente de Gran Bretaña, hizo que el comercio bilateral se redujera en un 65,9 por ciento.
El vacío dejado por naciones como Alemania, que desde 1997 fue el principal proveedor del Reino Unido, ha sido ocupado por China, cuyas exportaciones hacia la nación británica crecieron en un 66 por ciento desde 2018 hasta totalizar 16 mil 900 millones de libras esterlinas, unos 24 mil millones de dólares, en el primer trimestre de 2021, señaló la ONS.
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