En momentos en que África atraviesa por un resurgimiento de la conflictividad -incluso a nivel interestatal-, y a través de un pretendido micro ejercicio para aterrizar las hipótesis antes mencionadas, pudiera considerarse de interés la exposición sobre cómo se manejan en el contexto africano, los problemas que surgen en células de menor nivel dentro de su organigrama social.
En esta parte del mundo existe la tradición ancestral de emplear diversos medios tradicionales, comunales, religiosos, entre otros, para la solución local y pacífica de conflictos y diferencias a niveles familiar y social.
Su supervivencia, hasta nuestros días, evidencia la continuidad de arraigadas tradiciones culturales en ese continente, a pesar de la modernidad y de la influencia notable ejercida por el prolongado pasado colonial que subyugó a la mayoría de sus países.
De cómo mantener la armonía en partes de Etiopía
En la sociedad Kaffa, con asiento en la parte suroeste de Etiopía, se incluye a los grupos étnicos Gommoro, Manja, Mano, Menit y los pueblos Bench.
Por siglos, esa área se ha regido por el denominado proceso Shimgelena, consistente en la negociación entre ancianos de las partes en disputa, los cuales designan a sus respectivas delegaciones para iniciar un proceso conciliatorio.
Las vistas suelen tener lugar en días de descanso o festivos, en tanto se trata de comunidades básicamente agrarias. La duración de los intercambios depende de la seriedad del asunto y de las posiciones que asuman las partes, a las cuales ellos catalogan como conservadoras o liberales.
Los equipos negociadores pueden ser cambiados sucesivamente, en tanto no sean aceptados por la contraparte, o por los ancianos que actúas como neutrales. Se establecen reglas para conducirse en la presentación de las querellas y de las respuestas a estas, de forma tal que se eviten los abusos verbales.
Cuando como resultado de los intercambios se determine la necesidad de compensar a la parte ofendida, esta se produce en especie (animales) o en dinero. No obstante, si la parte perjudicada es pudiente o quiere ganar mayor reputación social, puede hacer dejación de la compensación.
Una manera de evidenciar que el conflicto bajó su intensidad o desapareció consiste en colocar agua fría con yerba fresca en un recipiente y los representantes de ambas partes introducen sus manos.
La Shimgelena es un proceso usualmente conducido por hombres, donde la mujer mantiene una participación mínima y marginal.
Forma sui géneris para resolver conflictos en Gambia
En Gambia donde la armonía y la paz tienen preeminencia, según su la cosmovisión de sus habitantes, se mantiene vigente el sistema Kal o Sanawuya/ Dankuto –según se utilicen los dialectos Wolof o Mandinka, respectivamente-, conocido como ‘de relaciones humorísticas’, que sirve para acercar a partes en conflicto y bajar tensiones.
Los que mantienen una diferencia expresan su queja al otro risueñamente y son respondidos por esa parte en igual tono.
En la zona sudoccidental de Gambia, en áreas donde predominan los grupos étnicos Mandinka y Jola, se verifica la existencia de esa manera particular de resolver sus problemas, la cual genera alianzas en forma de humor para hacer frente a las querellas y que con el tiempo se extendió a muchas áreas del país.
A diferencia de otros pueblos en el oeste de África, los Mandinkas suelen apelar más a los valores y la mediación, como formas de prevención de conflictos, sobre todo de los estallidos violentos.
En Gambia, las asociaciones se pueden establecer entre los miembros de diferentes grupos étnicos o clanes; entre parientes reales, o a través de lazos simbólicos o ficticios.
En las interacciones de las partes en conflicto se cruzan bromas entre ellos, incluidas alusiones o burlas personales, sin que estas lleguen a ofender o a herir, pero en caso de transgresiones se aplican sanciones espirituales.
Mantener o restaurar las buenas relaciones son clave en el sistema Kal y ello hace que la mediación constante sea parte del tejido social en esas estructuras sociales.
En los intercambios que se sostienen, se menciona con frecuencia la palabra persuadir. También se insiste en el carácter de excelencia de las relaciones históricas entre las respectivas familias (reales o imaginarias), y todo transcurre en una atmósfera relajada e hilarante, que suele crear empatía entre los disputantes, pero en los parlamentos de las partes se invoca la religión y la tradición.
Aún se recuerda a los Nyamaaloolude la era pre colonial y precursores de estas prácticas, quienes fueron históricamente conocidos por su eficaz gestión mediadora, en tanto jerárquicamente eran una casta superior que les permitía incluso criticar a cualquiera con autoridad.
El valor de los halagos, el humor y la pura invención en esta manera particular de relacionarse, favorece la reafirmación de los valores éticos, la identidad y la resistencia frente a complejos retos locales y globales.
Aunque se advierte un cierto declive en el uso de estos métodos entre las nuevas generaciones, los más viejos se empeñan en estimular el mantenimiento de esa tradición que ha demostrado la efectividad de su uso.
Como mediador, muchas veces se busca a alguien que se caracterice por su cordialidad y que suela bromear habitualmente con alguna de las partes o ambas inclusive, de forma tal que pueda implantar el ambiente jocoso requerido para acercar a los implicados.
Lamentablemente, las prácticas descritas tanto en Etiopía como en Gambia, no resultan eficaces para resolver hoy problemas mayores. Sin embargo, constituyen un recordatorio vivo, de que sólo los seres humanos son capaces de construir o deshacer, de manera consciente, lo creado.
Vivir en armonía es un estatus que todos debieran salvaguardar en el mundo.
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*El autor es embajador de Cuba ante la Unión Africana