Las negociaciones sobre un posible acuerdo en torno a la iniciativa del mandatario, que prevé financiar obras clave como carreteras, puentes y otros, se reactivaron el martes cuando varios republicanos del Senado, encabezados por la legisladora Shelley Moore Capito, dijeron estar listos para reiniciar el debate con un proyecto alternativo por un billón de dólares.
‘Creo que el pueblo estadounidense nos respalda aquí en términos de infraestructura central’, los miembros del Partido Republicano estamos decepcionados por la oferta más reciente del presidente Biden a fines de la semana pasada, que abordó asuntos que no se consideran infraestructura tradicional, dijo Capito.
Por su parte, el senador Roger Wicker (R) señaló que Biden le dijo que también podía estar de acuerdo con esa cifra en primera instancia.
Al respecto, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, declinó opinar sobre los detalles de la propuesta opositora, pero expresó su confianza en que durante esta semana habrá progresos en el debate sobre este tema.
Según el diario The Hill, la contraoferta del partido rojo se produce cuando las conversaciones parecían tener múltiples inconvenientes, especialmente sobre cómo pagar la factura del plan previsto por Biden y su alcance antes de la fecha límite del 31 de mayo, Día de los Caídos autoimpuesta por la administración.
Según The Washington Post, un grupo de más de media docena de senadores, incluidos Mitt Romney (R), Susan Collins (R), Rob Portman (R) y Joe Manchin (D), se encuentran en las primeras etapas de la redacción de un plan que podría obtener un amplio apoyo bipartidista después de que las conversaciones se interrumpieron durante los últimos cinco días entre Biden y Capito.
Los miembros de la Cámara de Representantes están fuera de la capital hasta mediados de junio, y es probable que los senadores se retiren mañana por la tarde para un receso de una semana y por tanto les queda poco tiempo para cumplir su agenda.
El mes pasado, 10 senadores republicanos presentaron a la Casa Blanca una contrapropuesta de 568 mil millones de dólares, que sirvió como una salva de apertura en las conversaciones de varias semanas con los demócratas sobre el tema.
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