Al participar en la celebración del quinto aniversario del Programa LAC de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mandatario tico abogó también por una mayor atención a las preocupaciones ambientales.
Este resultó el primer evento en que Costa Rica intervino en calidad de miembro pleno de la OCDE, a la que ingresó oficialmente el pasado día 25, convirtiéndose en el trigésimo octavo integrante de esa entidad.
Alvarado participó de las discusiones sobre las prioridades de políticas públicas en las que deben enfocarse los países de la región para construir una recuperación más inclusiva, resiliente y sostenible en América Latina.
Por ello, instó a los países de la región a seguir aprovechando esta plataforma de conocimiento, la cual jugará un papel importante para fortalecer la alianza estratégica entre la OCDE y América Latina en un momento decisivo para el multilateralismo y la gobernanza internacional.
‘Costa Rica se complace también en proponer, y se compromete en trabajar, en un nuevo pilar, que sea en la materia ambiental y de sostenibilidad porque el reto central que tenemos juntas y juntos tiene que ver, en las próximas décadas, con la supervivencia del planeta y, por lo tanto, también de nuestra región’, subrayó el presidente.
Asimismo, expresó el compromiso de su país de ser miembro activo de los tres pilares anteriores (la productividad, la inclusión social y la gobernanza) para poder compartir el desarrollo en nuestra región en retos como el cambio climático, la Covid-19 y los distintos retos en materia de migraciones y pobreza extrema, entre otros.
En otro momento de su intervención, Alvarado reconoció el liderazgo de Ángel Gurría como secretario general de la OCDE, mandato que concluye el próximo día 31.
Creado en 2016, el Programa LAC de la OCDE persigue apoyar a los países de la región en su agenda de reformas.
Casa Presidencial destacó que a lo largo de estos cinco años, el Programa LAC logró posicionarse como una plataforma de diálogo de alto nivel sobre políticas y estrategias, acercando a los gobiernos a compartir sus experiencias y perspectivas de la mano de las mejores prácticas y estándares de la OCDE.
Asimismo, prosiguió, se consolidó como una plataforma de diálogo e intercambio de políticas y buenas prácticas entre la OCDE y América Latina y el Caribe, apoyando el avance de los países en las reformas basadas en tres prioridades: aumentar la productividad, mejorar la inclusión social y fortalecer las instituciones y la gobernanza.
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