La nota, publicada en la página de Facebook del funcionario, llega 100 años después de que el 31 de mayo y 1 de junio de 1921, una turba de hombres blancos incendió y saqueó por completo la barriada de Greenwood, uno de los asentamientos afroamericanos más prósperos de aquel entonces.
Esos individuos, con la complicidad de las autoridades locales y de la Guardia Nacional del estado de Oklahoma, arrasaron, saquearon y quemaron más de mil 200 viviendas de dicha localidad.
‘Si bien ningún funcionario municipal electo ahora en activo en Tulsa vivía en 1921, somos los administradores del mismo Gobierno y debemos entregar una disculpa por esos fracasos’, escribió Bynum.
‘Como alcalde de Tulsa, me disculpo por el hecho de que el gobierno de la ciudad no protegió a nuestra comunidad en 1921 y no hizo lo correcto por las víctimas de la masacre racial a raíz del suceso, pues esos hombres, mujeres, niños pequeños, merecían algo mejor, y lamento que no lo hayan recibido’.
Anoche cientos de personas se reunieron en Greenwood para conmemorar el centenario del comienzo de la masacre en el mismo lugar, y a pesar de la lluvia constante, se encendieron velas para honrar a las víctimas de la violencia, señala el diario local Tulsa World.
El rotativo señaló hoy en un editorial que ‘el pecado original de la nación fue el privilegio blanco, expresado en las guerras de exterminio contra la población nativa y la esclavitud que después de la Guerra Civil se derivaron en segregación y discriminación’.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, visitará este martes la ciudad de Tulsa, y aprovechará el centenario para exponer sus proyecciones en la lucha contra la desigualdad racial.
En una visita que expertos locales calificaron de tardía, Biden promocionará partes de su publicitado plan de inversiones en infraestructura, que prevé erogar casi dos billones de dólares en carreteras, puentes y otras obras clave para la economía del país, afectada por la pandemia de la Covid-19.
Medios de prensa estadounidenses coincidieron en conmemorar en los últimos días la masacre de Tulsa, y señalaron que ni una sola persona fue detenida o afrontó cargos por lo sucedido en esa ciudad del centro de Estados Unidos, y nunca se pagó compensación a los afectados.
El 31 de mayo de 1921 la noticia de la detención en Tulsa del joven afroamericano de 19 años Dick Rowland, acusado de atacar a Sarah Page, una chica blanca de 18 años, atrajo a cientos de personas que concurrieron armados a la puerta del juzgado para reclamar a las autoridades que les entregaran al acusado.
Al día siguiente y desde el amanecer, hombres blancos saquearon e incendiaron los edificios, persiguieron y golpearon a los negros y dejaron cientos de cadáveres tirados en las calles.
mgt/rgh