Los postulantes solo coincidieron además en desacatar la prohibición de realizar los actos en plazas de la ciudad, por el riesgo de contagio de Covid-19, sin que las autoridades pudieran evitarlo.
En la plaza Dos de Mayo, histórico escenario de mitines populares y sindicales, ubicada en el centro de la capital, el izquierdista Castillo expresó ante una asistencia multitudinaria que, de ser elegido, reivindicará a los trabajadores y a los campesinos.
En una plaza de Villa El Salvador, en el lado sur de Lima, la neoliberal Fujimori proclamó el objetivo de evitar que gobierne el comunismo o una versión demoníaca de esa ideología, a la que supuestamente representa su rival, que lo niega reiteradamente.
En su discurso desde el balcón del local de la Confederación General de Trabajadores, Castillo dijo también que ‘no me temblará la mano’ para impulsar un referendo sobre la elección de una asamblea constituyente que elabore una nueva carta magna.
La nueva carta, cuyo cambio o reforma desea más del 80 por ciento de la población, según una encuesta, reemplazaría a la neoliberal de 1993 aprobada bajo el gobierno de mano dura del padre de la candidata, Alberto Fujimori, preso por crímenes de Estado.
La postulante Fujimori y sus aliados, con los que suman mayoría en el próximo Congreso de la República, se oponen al referendo alegando que no está contemplado en la carta actual.
Castillo ratificó igualmente que recuperará la soberanía nacional sobre las riquezas del país, en especial el gas natural y dijo que si llegara a gobernar respetará la constitución vigente y sus instituciones, mientras el pueblo lo determine.
Rechazó la campaña fujimorista, secundada por casi toda la prensa, según la cual su gobierno incautará ahorros, fondos de jubilación, empresas y hasta negocios informales, lo cual volvió a negar rotundamente.
Fujimori, por su parte, insistió en su campaña anticomunista, presente hasta en la música de animación del acto y en números de canto y baile, al que gran parte de los asistentes llegaron en autobuses rentados por los organizadores.
La candidata reiteró sus múltiples promesas de regalar ordenadores y teléfonos móviles a los escolares, pagar bonos y otras medidas que economistas de diversas posiciones consideran populistas y de dudosa viabilidad.
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