En declaraciones a la prensa el ministro panameño de Seguridad, Juan Manuel Pino, informó que miembros del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y Aeronaval realizan operativos conjuntos para garantizar la seguridad en esa zona fronteriza con Colombia.
Precisó que durante un recorrido este fin de semana junto al director del Senafront, Oriel Ortega, conversó con las unidades asignadas a la vigilancia en esa área, desde la cual ingresaron a Panamá 17 mil ilegales hasta la fecha.
‘Nos dijeron que los que atacaban a los migrantes eran panameños, pero se hicieron dos operaciones exitosas y todos los capturados eran colombianos (23)’, apuntó Pino, quien resaltó la vulnerabilidad de esas personas, incluso de familias enteras que huyen de la violencia y buscan una mejor situación económica.
‘A los denominados coyotes no les importa la vida de nadie, solo piensan en el dinero y están tratando de traficar con los migrantes en horas de la noche a través de la vía marítima, una acción irresponsable y delicada porque atenta contra la vida de seres humanos, a los que se les expone al peligro en el mar’, dijo.
El titular manifestó que la nación istmeña tiene un trato especial con los migrantes, pero ‘Darién tiene una selva dura y espesa en donde la crecida de los ríos los sorprende y lamentablemente pierden la vida’.
En mayo último los gobiernos de Panamá y Colombia firmaron un memorando, el cual permitirá que el país vecino comparta toda la información sobre los irregulares que se dirigen a la frontera desde su territorio, en un término no superior a las 24 horas.
A juicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, este acuerdo de cooperación migratoria es un primer paso ‘para atender de forma integral y responsable, la situación de los migrantes en la zona fronteriza’.
Según información revelada, a inicios de mayo más de 10 mil migrantes esperaban cruzar la inhóspita jungla desde Colombia y aunque ‘no tienen la intención de quedarse en nuestro país, nuestro compromiso es atenderlos de manera segura en la medida de nuestra capacidad y que puedan seguir su camino’, expresó recientemente la canciller istmeña, Erika Mouynes.
La nación centroamericana recibió flujos migratorios irregulares durante la última década, con su momento más álgido en 2015 y 2016, cuando llegaron a más de 30 mil migrantes cada año, refieren datos oficiales.
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