El incidente violento, al parecer relacionado con problemas domésticos, ocurrió justo antes de las 02:00, hora local, del lunes, dentro de un complejo de apartamentos en las inmediaciones de dicha instalación militar.
Una mujer y un niño de 15 años fueron encontrados muertos dentro de una casa, y el presunto pistolero murió por suicidio, informó la policía.
Otros tres fueron trasladados al hospital, y uno de ellos, un menor de 11 años, se encuentra en estado crítico, el otro, de 16, se reporta estable.
En la madrugada del domingo se produjo una acción violenta similar en el suroeste del condado Miami-Dade, que dejó tres víctimas mortales y al menos seis heridos.
Los autores, aún sin identificar por las autoridades, se acercaron en un par de vehículos al estacionamiento de una zona comercial y empezaron a disparar a quienes salían de un local en el que se desarrollaba una fiesta de graduación.
Los otros dos perdieron la vida cuando el vehículo con el que pretendían abandonar la zona se estrelló contra un muro del campus en la localidad de Kendall de la universidad Miami-Dade College.
Por otra parte, en las primeras horas del 30 de mayo dos personas murieron y más de 20 resultaron heridas en otro tiroteo afuera de un club de billar en Hialeah, Florida, alrededor de las 01:00, hora local, con el empleo de armas de asalto y pistolas.
Ese fue el segundo tiroteo importante en el área de Miami durante el fin de semana largo por el Día de los Caídos, fecha que se conmemoró el 31 de mayo.
Poco antes de la medianoche del 28 de mayo, una persona murió y otras seis resultaron heridas cuando un individuo disparó desde un vehículo en el área de Wynwood.
Los tiroteos masivos en Estados Unidos crecieron en los últimos meses, y en lo que va de año se registraron unos 200 eventos de este tipo, más del doble de los 94 que hubo durante el mismo período de 2020, según la organización no gubernamental Archivo de Violencia con Armas.
Entre los sucesos más recientes en ese sentido está el que provocó la muerte a nueve personas en las instalaciones de la autoridad de transporte del Valle de Santa Clara, al sur de la Bahía de San Francisco, en California.
Las autoridades informaron que el sospecho del crimen, Samuel Cassidy, guardaba 12 armas de fuego y 22 mil municiones en su residencia.
Otro suceso violento de las últimas semanas fue la muerte a finales de abril de la adolescente afronorteamericana Ma’Khia Bryant, de 16 años, a manos de la policía en Columbus, Ohio, entre otros incidentes que avivaron en Estados Unidos el debate sobre la necesidad de un control más efectivo de la compraventa de armas de fuego.
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