Varias regiones registraron masivas manifestaciones antigubernamentales ante la subida de precios de productos básicos como consecuencia de otra devaluación de la moneda nacional.
La libra libanesa pasó el umbral de las 14 mil por dólar estadounidense desde una tarifa oficial de mil 500, mientras los comerciantes salvan sus negocios al transferir la diferencia a sus clientes.
De tal manera, 90 por ciento de los libaneses ven diluirse sus salarios, a la vez que sigue sin instalarse un gobierno efectivo capaz de detener la debacle.
En el área capitalina de Verdún, una concentración obstaculizó con árboles y basura el paso de los vehículos, al tiempo que varios activistas exhortaban a rebelarse contra las instituciones estatales. Los manifestantes bloquearon las carreteras de Taalabaya y Saadnayel, en la central región de Bekaa, y la plaza al-Nour, en la norteña ciudad de Trípoli.
Desde la capital era imposible transitar hacia el norte o el sur por los obstáculos colocados en las autopistas principales.
Las expresiones de insubordinación en el país recuerdan las protestas iniciadas en octubre de 2019 cuando la peor crisis económica en décadas comenzó a ser notada en la población de ingresos medios.
De esa fecha a la actual, más de la mitad de los seis millones de residentes en Líbano se hundió por debajo del umbral de la pobreza que la ONU sitúa en 3,64 dólares diarios.
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