Según el estudio anual de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) publicado este lunes, el pasado año América Latina recibió 88 mil millones de dólares en IED, casi la mitad de los 160 mil millones registrados en 2019, la caída más pronunciada vista en los países en desarrollo.
‘Las economías latinoamericanas enfrentaron un colapso en la demanda de exportaciones, la caída de los precios de las materias primas y la desaparición del turismo, lo que provocó una de las peores contracciones de la actividad económica en todo el mundo ‘, dijo el director de inversión y empresa de la Unctad, James Zhan.
A pesar de que tal desplome fue severo en todos los ámbitos, los más afectados resultaron las industrias de hidrocarburos, manufactura y viajes y esparcimiento.
Mientras, los sectores de minerales y metales fueron sostenidos en parte por una recuperación de los términos de intercambio de materias primas durante la segunda mitad del año.
‘Lo más importante es que la pandemia tuvo graves consecuencias para la inversión internacional en sectores relevantes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con una contracción de la inversión en infraestructura de más del 75 por ciento’, subrayó Zhan.
De acuerdo con el estudio, la IED en América del Sur se redujo a más de la mitad a 52 mil millones de dólares, y los flujos a Brasil y Perú alcanzaron su nivel más bajo en dos décadas.
En Centroamérica las entradas de inversión extranjera directa disminuyeron un 24 por ciento, a 33 mil millones, en parte respaldadas por las ganancias reinvertidas en México, donde cayeron solo 15 puntos porcentuales, a 29 mil millones.
En tanto, en el Caribe, excluidos los centros financieros extraterritoriales, los flujos disminuyeron un 36 por ciento tras el colapso del turismo y la interrupción de la inversión en la industria de viajes y ocio.
Los expertos de la Unctad esperan que los flujos de inversión hacia y desde la región se mantengan en un nivel bajo en 2021 y lo más probable es que no recuperen su nivel anterior a la crisis antes de 2023.
Prevén, además, que la recuperación de las entradas variará según los países y las industrias, y los inversores extranjeros se fijarán en la energía limpia y los minerales críticos para ella.
Añadieron que otras industrias que muestran signos de recuperación incluyen la información y las comunicaciones, la electrónica y la fabricación de dispositivos médicos.
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