De 2017 a junio de 2021, alrededor de cinco millones de individuos recibieron el certificado, reveló la diputada Júlia Ornelas, citada por el diario Jornal de Angola.
Durante el mismo período, indicó, también se emitieron por primera vez más de tres millones de cédulas de identidad en el país.
A juicio del diputado Paulo de Carvalho, resulta loable el esfuerzo para incrementar la inclusión civil de los angoleños, pues en 2019 había aproximadamente nueve millones sin inscripción de nacimiento y el cálculo actual bajó a poco más de tres millones.
El legislador apreció, además, los avances relativos en cuanto a inclusión escolar y financiera de la población: al término de la guerra en 2002, ejemplificó, había 2,5 millones de personas incorporadas al sistema de enseñanza hasta nivel secundario y en 2020 la cifra fue de 10 millones, mientras el número de aulas pasó de 20 mil a 93 mil.
‘En este momento se estima que todavía hay más de dos millones de angoleños sin acceso a la escuela’, dijo el parlamentario, quien abogó por invertir seriamente en la calidad de la educación.
Sobre la tasa nacional de bancarización, distinguió el ascenso a un 49 por ciento, lo cual denota una buena apuesta del Ejecutivo en cuanto a la inclusión financiera de los ciudadanos, afirmó.
A la altura de 2004, comparó, solo el dos por ciento de la población económicamente activa contaba con tarjetas electrónicas para uso en cajeros automáticos y la proporción aumentó al 4,3 por ciento.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los problemas del registro civil están lejos de desaparecer a escala global, pues en el año 2000 unos 50 millones de bebés en el mundo; es decir, más de dos quintas partes del total de los nacidos, quedaron sin registrar.
La inscripción para nada significa una garantía de educación, salud, protección y participación, pero su ausencia puede poner estos derechos fundamentales fuera del alcance de quienes ya se encuentran al margen de la sociedad, advierte la agencia.
Más allá de la cuestión individual, añade el análisis, sin sistemas sólidos de registro civil, es virtualmente imposible planificar o poner en práctica estrategias eficaces de desarrollo.
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