En el registro, la aparente voz de Montesinos, quien cumple una condena en la prisión de alta seguridad de una base naval, lamenta el revés de Fujimori y la victoria del maestro Pedro Castillo y dice que la única posibilidad de revertir el conteo oficial es sobornar a tres de los cuatro jueces del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
El interlocutor de quien fuera ‘eminencia gris’ del Gobierno de mano dura de Alberto Fujimori, padre de Keiko, es el comandante retirado del Ejército Pedro Rejas, exintegrante del partido Fuerza Popular (FP) y a quien Montesinos le da instrucciones para coordinar el soborno con Guillermo Sendón.
‘Después de escuchar los audios, debería quedar claro que Vladimiro Montesinos deber pasar de la Base Naval a Challapalca (prisión andina de máxima seguridad) para evitar que siga operando para el fujimorismo desde las sombras’, comentó el dirigente de izquierda Arturo Ayala.
El jurista Carlos Rivera comentó que la revelación coincide con el 20 aniversario de la detención y entrega de Montesinos a Perú por las autoridades de Venezuela y añadió que ‘ahora, en pleno siglo XXI, el fujimorismo sigue destruyendo la democracia’.
Si bien las grabaciones están pendientes de un peritaje y motivan dudas, el veterano político Fernando Olivera, al revelarlas, llamó la atención sobre las facilidades que tiene el personaje.
Señaló que Montesinos habla desde la prisión de alta seguridad de la base naval del vecino puerto del Callao y desde un teléfono fijo, es decir, de las oficinas de la instalación.
Rejas, quien grabó las conversaciones, siguió la indicación de Montesinos y contactó a Sendón y este le dijo que habría que pagar ‘un palo’ (un millón de dólares) a cada uno de tres de los cuatro miembros del JNE para que acepten los pedidos de nulidad presentados por los abogados de la candidata y los aprueben.
Los intentos y presiones para que el JNE proceda en tal sentido han fracasado y diversas fuentes afirman que el fujimorismo y sus aliados de extrema derecha buscan paralizar a la corte para que no termine de rechazar los reclamos de Fujimori y no pueda proclamar a Pedro Castillo como presidente.
Por eso, los presuntos conjurados insisten en maniobras dilatorias, esperando bloquear la proclamación hasta que el 28 de julio, día de la transmisión del mando presidencial, no haya mandatario proclamado y tome el gobierno el titular del Parlamento, de mayoría derechista, y convoque nuevas elecciones.
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