La implementación plena a partir de este jueves de las regulaciones europeas para los productos cárnicos congelados británicos amenazaba con desatar lo que la prensa local bautizó como la ‘guerra de las salchichas’ entre Londres y Bruselas.
Como parte del Tratado de Retirada que marcó la salida definitiva del Reino Unido de la UE en diciembre pasado, esa provincia británica se mantuvo dentro del mercado único y la unión aduanera europeos para evitar el establecimiento de una frontera física con Irlanda.
El llamado protocolo norirlandés establece, sin embargo, que todos las mercancías procedentes de Gran Bretaña tienen que ser sometidos a controles sanitarios antes de entrar a la provincia británica para comprobar que cumplen con las regulaciones europeas, lo que provoca demoras en el trasiego de las mercancías.
Al anunciar este miércoles la extensión del periodo de gracia hasta el 30 de septiembre, el ministro británico del Brexit, David Frost, dijo que se trata de un primer paso positivo, pero recalcó que todavía será necesario seguir negociando para encontrar una solución permanente al diferendo.
Esta es una señal clara de que el protocolo tiene que implementarse de forma pragmática y proporcional, afirmó el funcionario, quien apuntó que el problema de los cárnicos congelados es solo uno de los muchos asuntos que es necesario resolver.
Antes del acuerdo de este miércoles, el gobierno británico había amenazado con prorrogar el periodo de gracia de forma unilateral, y la UE le advirtió que tomaría medidas legales para obligarlo a cumplir con los compromisos adquiridos en el tratado del Brexit.
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