En el artículo de opinión Colombia, el Caín de América Latina publicado en el diario La Línea del Medio, recordó que, en contravía de los intereses de la nación, el gobierno de Laureano Gómez (1950-1951), ‘manchado por claros tintes fascistas, envió tropas a Corea a luchar una guerra por la que no teníamos ningún interés nacional’.
Después, Julio Cesar Turbay (1978-1982) se opuso al final de su cuatrienio a respaldar en la Guerra de las Malvinas a Argentina, añadió y posteriormente, en pleno siglo XXI, sin conflicto este-oeste, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), apoyó la invasión a Iraq y el envío de tropas a Afganistán.
‘Fiel a esa tradición de esos tres gobiernos de extrema derecha, represivos y salpicados por la sistemática violación de los derechos humanos, el gobierno de Iván Duque se abstuvo de votar la resolución de rechazo en contra del bloqueo a Cuba’, recalcó el también académico.
Subrayó que el resultado en Naciones Unidas fue abrumador con 184 Estados consideraron que la estrategia de Estados Unidos es violatoria del derecho internacional y corresponde a una política anacrónica, más aún en plena pandemia, en la que tanto se propugna por mayor solidaridad y cooperación internacional.
El articulista explicó que la posición de la administración Duque no es nueva frente a la isla porque ‘desde su posesión, Cuba y Venezuela se han ubicado en el espectro de las estrategias político-electorales del partido de gobierno, como la herramienta preferida de su único jefe (Uribe)’.
Por eso, dijo, no es casual que fuese precisamente el mentor de Duque el creador de la expresión castrochavismo, con la que infunden pánico en la población para lograr que ‘salieran verracos a votar’, como lo afirmó Juan Carlos Vélez, gerente de la campaña por el NO en el plebiscito sobre el Acuerdo de Paz.
‘Frente a Cuba el manejo no solo ha sido ofensivo e irrespetuoso. También se convocaba, bajo amenaza de romper las relaciones diplomáticas, a expulsar de la isla al grupo de negociadores del ELN, con lo cual, estarían violando el protocolo suscrito por la mesa de diálogo y los países garantes’, manifestó.
Comentó que recientemente, la excanciller Claudia Blum declaró ‘persona non grata’ al primer secretario de la embajada de La Habana en Bogotá Omar García Lazo, bajo explicaciones insuficientemente argumentadas, lo que condujo a una enérgica protesta por parte de la isla.
‘El hecho se sumó a la expulsión de los funcionarios rusos, con lo cual, supuestamente, se consolida un triángulo del mal que se cierne sobre la ‘democracia más estable de la región’ – el chiste se cuenta solo’, acotó.
La posición internacional colombiana frente a Cuba solo denota que la obsesión de hacer trizas los Acuerdos de Paz, también se reflejan en un obcecado desprecio a todos los actores que intervinieron.
mem/otf