Según las autoridades de la prefectura de Shizouka, a la que pertence Atami, se confirmó la muerte de al menos cuatro personas y unas dos docenas más siguen desaparecidas.
El lunes por la noche se informó que otras 26 personas fueron rescatadas, pero los funcionarios estimaron inicialmente que podría haber más de 110 desaparecidas.
Esa cifra se redujo más tarde a 24 personas después de que los residentes confirmaron que algunas de las casas a lo largo del camino del deslizamiento de tierra estaban desocupadas.
Igualmente, algunas personas pudieron evacuar sus hogares antes de que llegara el torrente devastador.
Policías, bomberos y miembros de la Fuerza de Autodefensa de Japón se han sumado a la difícil y peligrosa operación de rescate.
El ‘tsunami’ de barro que arrasó la ciudad fue provocado por días de lluvias torrenciales en la región.
La Agencia de Manejo y Desastres de Incendios de la ciudad de Atami dijo que al menos 130 casas a lo largo del camino del deslizamiento de tierra fueron completamente destruidas.
Los funcionarios locales establecieron tres centros de evacuación separados y alquilaron dos hoteles privados para los más de 560 sobrevivientes y residentes.
El gobernador de Shizuoka, Heita Kawakatsu, señaló el lunes que realizarán una investigación para determinar si el accidente fue potenciado por la deforestación en el área.
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