Así lo anunció el ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Sameh Shoukry, quien participará este jueves en una reunión de ese órgano de Naciones Unidas para analizar el tema.
En una entrevista a una agencia internacional, citada por la prensa local, el canciller afirmó que tras 10 años de conversaciones no se logró asegurar que el agua continúe fluyendo río abajo en cantidades suficientes hacia Sudán y Egipto.
Shoukry precisó que El Cairo y Jartum solicitaron la reunión del Consejo de Seguridad ante ‘la amenaza existencial’ que representa la GERD para los habitantes de ambos países.
El ministro reiteró el rechazo de su país a la decisión de Etiopía de iniciar la segunda fase de llenado de la presa.
Se espera que durante la jornada de este jueves, además de los países implicados y de los Estados miembros, también intervengan el enviado especial de la ONU para el Cuerno de África, Parfait Onanga-Anyanga; la jefa de medio ambiente de la ONU, Inger Andersen, y un diplomático del Congo, que ocupa la presidencia de la Unión Africana.
Para El Cairo, el llenado unilateral de la GERD amenaza su cuota de agua del Nilo, del que depende casi por completo el consumo humano, la agricultura y la industria del país, con más de 100 millones de habitantes.
La GERD es una fuente de conflicto desde el inicio de su construcción hace una década. Tanto Egipto como Sudán reclaman que el llenado no debió comenzar sin un acuerdo entre las partes porque temen una caída sustancial de su acceso al agua del río.
Por su parte, las autoridades de Addis Abeba consideran la GERD clave para abastecer de energía eléctrica a los más de 110 millones de habitantes de Etiopía e impulsar así el desarrollo socio-económico del país africano.
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