La actualización del decreto presidencial sobre Situación de Calamidad Pública busca un equilibrio entre la reactivación de las actividades socioeconómicas y las medidas para evitar la propagación de la Covid-19, con mayor incidencia en la provincia de Luanda, donde hay circulación comunitaria de varias cepas del coronavirus SARS-CoV2, causante de la enfermedad.
Según explicó la ministra de Salud, Sílvia Lutucuta, en Luanda detectaron recientemente la variante delta del patógeno, cuya capacidad de infección resulta superior en comparación con otras mutaciones del coronavirus (alfa, beta y gamma) también presentes en el territorio.
Desde la aparición de los primeros contagios en marzo de 2020, el ejecutivo procedió a la adecuación periódica de las medidas preventivas y de combate a la Covid-19, dando paso a etapas de restricciones más severas o de flexibilización, según el comportamiento de la pandemia.
Las disposiciones, puestas en vigor este viernes, se extenderán hasta el 7 de agosto, e incluyen el mantenimiento de la cerca sanitaria nacional y la prohibición de entrada a ciudadanos extranjeros no residentes, provenientes de Brasil e India o que hayan realizado escalas en esos dos países.
En cuanto al plano interno, el decreto presidencial autorizó algunas flexibilidades, entre ellas el incremento de la fuerza de trabajo presencial en establecimientos públicos y privados, así como la apertura en Luanda los fines de semana de restaurantes y similares.
Al decir de la doctora Lutucuta, Angola enfrenta una situación ‘crítica y desafiante’ en relación con la malaria, pues la patología afectó a más de dos millones de personas en los cinco primeros meses de 2021 y provocó un total de cinco mil 573 fallecimientos.
Mientras el más reciente parte sobre Covid-19 notificó un saldo de 39 mil 593 casos positivos, con 34 mil 100 recuperados, 925 muertos y cuatro mil 568 activos, al analizar la trayectoria del brote pandémico desde marzo de 2020 hasta el 8 de julio de 2021.
En opinión de la directora nacional de Salud Pública, Helga Freitas, las grandes endemias (malaria, tuberculosis y VIH/sida) y las altas tasas de mortalidad materna e infantil continúan siendo los principales desafíos del sector, sin restar importancia a los efectos específicos de la Covid-19.
También resultan preocupantes el aumento de las lesiones por accidentes de tránsito, la desnutrición y los perjuicios inherentes al cambio climático, señaló la experta al intervenir esta semana en un congreso internacional de salud, organizado por la capitalina Universidad Privada de Angola.
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